jueves, 26 de febrero de 2015

Hello 24

Tengo 24 años, me siento lo suficientemente adulta como para hacer el mercado, viajar sola y tomar decisiones por mi cuenta pero lo suficientemente joven como para usar converse e incluso algún accesorio extravagante. 

Cuando estaba pequeña creía que los 20 estaban muy lejos, que iba a estar muy vieja, que faltaba mucho para llegar allí y en un abrir y cerrar de ojos tuve mi primer novio, terminé el bachillerato, entré a la universidad y dentro de muy poco ya estaré graduada (aunque me gustaría que esto hubiese ocurrido antes pero las condiciones no lo han permitido, en fin). No pensé que la vida pasara tan rápido.

Recuerdo que cuando estaba en 7mo grado y miraba a las chicas de 5to año me parecían tan grandes, tan altas, tan voluptuosas como si hubiese una brecha muy grande entre ambas y resulta que cuando llegué a esa etapa me veía igual, con un poquito más de senos y caderas más anchas pero básicamente igual. Entrando a la universidad tuve la misma sensación como si faltara mucho para graduarme, como si los semestres superiores estuvieran muy lejos, como si la gente que cursaba esos semestres era muy adulta. Terminé materias ya hace meses, solo me falta tesis. A mis 24 años siento que estoy comenzando a vivir, no me siento en lo absoluto vieja, me siento en mi mejor edad, joven, atractiva, feliz. Definitivamente el tiempo pasa muy rápido.


domingo, 15 de febrero de 2015

MI CHINA

Mi mejor amiga llegó a mi vida el primer día de 7mo grado. Jamás se me va a olvidar, estábamos en formación cantando el himno nacional,  yo estaba delante de ella, cuando de repente se escucha un bum. Era Valeria que se había desmayado y había caído sobre el piso de concreto. Aún recuerdo a las monjas y al profesor Glend corriendo buscando alcohol  para tratar de despertarla y al grupo de niñas que se reunió alrededor de ella tratando de averiguar qué había pasado.  Al rato, a lo que despertó no le hablé, la verdad no recuerdo cuando nos hablamos, simplemente nos hicimos amigas con el pasar de los días y así con el pasar de los años.  Valeria no era “sifrina” como la mayoría de las niñas que estudiaban con nosotras y yo prefería estar con personas así, ya que tampoco era la más popular, simplemente era la buena estudiante del salón.  Que rabia cuando en esa época de colegio te etiquetaban y aun te etiquetan con algo.  Las populares eran las populares, las nerds eran las nerds, las equis (x) eran peor porque ni populares ni buenas estudiantes.  Realmente si lo analizamos detalladamente el bachillerato no es un ambiente fácil socialmente, existía mucha presión en cuanto a quien tenía la mejor fiesta de 15 años, quien tenía el primer novio, quien tenía  el mejor promedio, quien se había besado por primera vez, quien tenía los senos más grandes, en fin. Muchos factores que fueron enfatizados por el hecho de estudiar en un colegio de monjas y de puras mujeres.  Gracias a Dios yo nunca seguí los modismos o quizás sí y no me di cuenta.


Volviendo a mi amiga, Valeria siempre estuvo allí, en todos mis cumpleaños, cuando mi mamá se fue a vivir a Trujillo, cuando mi tío se enfermó, una que otra pelea menor pero nunca una grannnn pelea. Hoy día no la veo casi por las circunstancias de la vida, ella se graduó y vive en otro país,  yo sigo en Venezuela estudiando y trabajando. Nuestras conversaciones, celebración de cumpleaños y cualquier otro hecho importante que queramos contarnos se resumen a llamadas por skype. Siempre tratamos de sacar tiempo aunque cada vez sea más difícil cuadrar nuestros horarios.  Quisiera que nos pudiéramos ver personalmente y disfrutar de una buena conversación tomado esos tés que a ella le gustan. 




Nota: Yo soy la más guapa y flaca en la foto, la de rojo jjajaj

lunes, 12 de enero de 2015

MI NOMBRE


Soy Gabriela Rolando, si, leyeron bien Rolando. No fue un error cuando me fueron a presentar simplemente me llamo así porque ese es el nombre de mi papá. Mi mamá aceptó que lo pusiera (lo que es estar enamorada, ¿verdad?). Papi dice que lo puso en honor a la Miss Venezuela 1973 llamada Desireé Rolando, aunque yo sé que no fue esa la causa. Él incluso tiene otros dos hijos cuyos nombres son Fabiola Rolando y Rolando Gabriel. Lo curioso del caso es que el nombre del varón y mi nombre no fueron planeados ya que estos dos son mis medios hermanos, de mujeres distintas. El Gabriela lo colocó mi mamá, lo cual le agradezco mucho porque es un nombre que realmente me gusta y ha permitido que me llamen Gaby.  Según tengo entendido ciertos nombres como Gabriela, María, Beatriz  cuando se escriben en forma diminutiva tiene que ser con "y" al final y no con "i" así Gaby, Mary, Bety.

Muchas veces en mi colegio me llamaron María Gabriela, no me molestaba, pensaba que si se les hacía más fácil recordarme con ese nombre, bien. No les niego que muchos niños se reían de el cuando estaba en los primeros años del colegio pero ya más grande nadie decía nada, simplemente porque estudié toda la vida en el mismo colegio, 12 años en la misma institución y eran las mismas caras de siempre (en otra nota hablare de mi colegio). Cuando estaba fuera del colegio todo marchaba bien hasta que me preguntaban precisamente por mi segundo nombre y cuando se los decía  se extrañaban, yo alegaba ¿qué tiene de malo? ¿Acaso no hay gente que se llama María José y José María y nadie los juzga? Es lo mismo en mi caso. Con el tiempo crecí y lo acepté, me gustaba incluso que me preguntaran cómo me llamo.  En la universidad no se le da casi importancia a estas cosas, no es como en el colegio, uno que otro profesor que preguntaba el por qué y yo con gusto le contestaba, no me sentía ofendida.  A veces escucho por allí nombres extraños y compuestos que empiezan con “y” y tienen muchas “x” y digo ¡vaya! y yo me llegué a quejar del mío. Hoy día me gusta mucho mi nombre Gabriela Rolando, es algo que me hace única y estoy orgullosa de el.